«Cabalgar el tigre…»

“Cabalgar el tigre es una imagen metafórica: conseguir hacer algo aparentemente imposible. En efecto, cómo se puede convencer a un tigre para que se deje cabalgar? La empresa parece ardua, incluso absurda”   Giorgio Nardone  (1958)

Quizás la metáfora con la que inicio mi nuevo borrador urbano, me permita preguntarme, en el silencio de una de las últimas noches del mes de noviembre 2021, cuando la calle tan ruidosa de día, apenas me trae algún murmullo perdido y lejano…. Qué tigre debo cabalgar aún en mi vida? Quizás incluso tú, te lo puedas preguntar… será que todos tenemos, al menos, aún un tigre que cabalgar…??

Volviendo al libro de Giorgio Nardone “El arte de la estratagema”, que te mencionara en oportunidad de mi anterior borrador urbano, me sobreviene volver y tratar de dirimir algunas diferencias entre la estrategia, de la que se habla permanentemente y la estratagema, que es escasamente utilizada en el vocabulario moderno del management y la gestión del ecosistema digital.

En el primer caso, respecto a estrategia, se suele mencionar que se trata de un conjunto de previsiones y acciones destinadas a un fin establecido, definido  y concreto, expresado en una planificación que  obedece a un plano temporal mediano a largo.

En el segundo caso, cuando referimos a estratagema, se trata de un conjunto de acciones, muchas veces subrepticias, para el logro de objetivos en un plano temporal muy corto, casi inmediato, en general suele no ser visible a los demás nuestro accionar, que entonces inhibe ser anticipado y genera sorpresa.

El filósofo y escritor británico Aldous Huxley (1894-1963) expresaba: “La realidad no es lo que nos ocurre, sino lo que hacemos con aquello que nos ocurre”. Yo agrego, siempre somos responsables de lo que hacemos y nunca víctimas de aquello que nos sucede. Podemos andar por la vida con una estrategia determinada o no, podemos establecer estratagemas o no, de los resultados, siempre debemos hacernos cargo, ya que son nuestra responsabilidad y la realidad no es aquella sombra larga que genera el sol crepuscular, más bien es aquel sol del mediodía que nos cae a pleno y apenas nos permite alguna muy breve y corta sombra.

Veamos las tres estratagemas que nos presenta Giorgio Nardone en el libro que te citaba en párrafos anteriores.

El arte de la Metis: astucia, audacia y habilidad, la Grecia antigua se inspiraba en un conjunto de  estratagemas deducidas de la observación de las estrategias de algunos animales para capturar a sus presas o defenderse de los predadores. Luego, el arte se desarrolló como habilidad específicamente humana para lograr objetivos deseados. Se recurría a trucos y artificios que permitieran superar los obstáculos cada vez que se debía afrontar una situación aparentemente insalvable. Un ejemplo de ello fue Alejandro Magno, con un ejército cinco veces menor al Persa, logro vencerlo, luego de quemar sus propias naves, es decir, sus guerreros sólo podrían regresar en las naves del enemigo vencido.

El arte de la guerra: vencer con mínimo esfuerzo, nos expresa el autor en cita textual que, “para la antigua sabiduría china no existe el concepto de Verdad, es más, debe evitarse cualquier idea preconcebida por ser demasiado limitativa. Recordemos las palabras de Lao Tse –la única constante es el continuo cambio- Las observaciones cambian en base a las perspectivas asumidas, y nuestras estrategias se deben adaptar siempre a las circunstancias y a las ocasiones. Como el agua que vence todo porque se adapta a todo. Decía Confucio –la fuerza de por sí  no iguala al saber; ni este último es igualado por el ejercicio. Sino que, es sumando  saber y ejercicio cuando se obtiene la verdadera fuerza”.

El arte de la persuasión: inducir al cambio, dice el autor: “saber persuadir  significa en concreto inducir a cambiar opiniones y comportamientos: un poder éste  desde siempre anhelado no sólo por políticos y generales, sino también por cualquiera que quisiese adquirir la habilidad de convencer a los demás en las transacciones, los negocios o los asuntos amorosos. El arte de la persuasión afecta también a la relación entre cada uno de nosotros  y con uno mismo, o sea los modos en que nos convencemos  para creer en algo o nos inducimos a percibir las cosas desde perspectivas distintas respecto de las anteriormente asumidas. Por tanto, existe una persuasión hacia el otro, la manipulación, y una  hacia uno mismo, el autoengaño”.

Entonces…. Vuelvo a aquella pregunta, siempre primero hacia mí mismo, qué tigre debo cabalgar? La quietud de la ya larga noche, mientras escribo para compartir contigo, no disimula emociones, no hay espacio para el apuro, ni ruidos para tapar mi voz interior, entre nostalgias del pasado, melancolías de otros momentos vividos, me sobreviene la certeza e incluso convicción del “tigre por cabalgar”…. No es cuestión de edades, ni de cronología, nadie puede medir nuestra vida en el resumen de una métrica… necesitamos del ardor interior, de la emoción por una nueva aventura y salir a buscar, si es que no lo tenemos aquel “tigre por cabalgar”. Nuestra vida está expuesta al juicio de los demás, al encasillamiento, a determinada necesidad de expresarse taxativamente, de mostrarnos y demostrarnos toda vez que tanta gente entiende por empatía, ponerse en lugar de ellos y ellos en lugar de nadie. La empatía no es una moda, es un vínculo que, como el tango para ser bailado, requiere de dos personas en perfecta armonía llevándose el uno al otro y con el otro….

Entre la pandemia y la pospandemia la aldea global se debate entre la euforia de lo superado y el temor de aquello que puede resurgir, será un falso debate entre optimistas y pesimistas? Será necesario tener datos concretos, mediciones concretas y la inteligencia de saber interpretarlos para al menos, no actuar sólo reactivamente. Hace muy pocos días encuentro en una librería del centro de las Ciudad de Buenos Aires, un libro que no dudé en hacerlo mío, se trata del título: “La falsa ilusión del éxito”, su autor es el Psicólogo y Premio Nobel de Economía 2002, Daniel Khaneman, cómo no leerlo…

Comparto contigo amiga y amigo que estás leyendo, una cita textual del autor: “no creemos que el elevado número de fracasos empresariales se deba sobre todo a decisiones  racionales que han salido mal. Por el contrario, consideramos que es consecuencia de una toma de decisiones errónea. Los directivos, cuando prevén los resultados de un proyecto de riesgo, caen con excesiva facilidad en lo que los psicólogos denominamos la falacia de la planificación. Afectados por ella, toman decisiones basadas en un optimismo ilusorio en lugar de a partir de una valoración racional de ganancias, pérdidas, y probabilidades. Sobrestiman los beneficios y subestiman los costes”.

Hay un film, en formato de comedia que se llama “Chef: la receta de la felicidad”, estrenada en 2014, su director y protagonista es Jon Favreau, lo acompaña un elenco de enormes actores, entre ellos: Sofía Vergara, Dustin Hoffman, Scarlett Johansson, Robert Downey Jr. y un magnífico John Leguizamo. Aquí su tráiler subtitulado en YouTube:

Un chef que debe “cabalgar el tigre” de su carrera profesional. Desde sus errores, incluso en manejo de redes sociales, más precisamente en Twitter y que desde un momento de enorme pérdida profesional y fracaso personal, logra aceptar ayuda y de a poco, muy lentamente teje un proceso que le permite reinventarse.

Cada personaje del film  cobra relevancia en esta historia ya que aportan una propia mirada de la vida…. Tantas veces aquello que nos sucede, nos muestra un rostro al inicio y con el paso del tiempo entendemos que era una máscara y por detrás resultó ser otro el rostro… y las emociones nos cambian entonces.

Final para mi borrador modelo Noviembre/2021. Recorrimos estrategias, estratagemas, cierta falsa ilusión del éxito… quizás nos recorrimos a nosotros mismos… Siempre en cada borrador urbano queda mucho de mí.

Te agradezco y valoro mucho tu valioso tiempo de lectura. Que pases bien.

Abrazo grande y gracias ¡!!

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