«Esenciales….»

“Si no puedes ser poeta, sé el poema”  D. Carradine  (1936-2009)

Nadie del común de la gente en el inicio de la pandemia allá por enero 2020 podía siquiera imaginar que aún en este enero pero del 2022, el paisaje social  seguiría condicionado por Covid19.

Recuerdo el impacto al comienzo de la pandemia, la desorientación que en general compartíamos en medio de dudas y temores, fue entonces que de inmediato se le daba tratamiento como esenciales  a todos el abanico de integrantes de la comunidad sanitaria de nuestra aldea global, incluso en el ámbito de otras tareas, se rescataba la condición de esenciales, ya que gracias a ellos podíamos seguir cubriendo necesidades básicas…. Aquellas caminatas por calles desiertas en Buenos Aires, para hacer determinadas compras era como transitar un cuento de fantasías, a pura ficción.

Sin embargo, el tiempo que parecía cambiar de ritmo no se detuvo y los cambios que ya veníamos transitando, tal como todo lo referido al ecosistema digital, se aceleraron exponencialmente… aprendimos a trabajar a distancia, y a volcar toda nuestras actividades en la pantalla, hoy la opción híbrida es una realidad para todos, y en todos lados…. Hay cambios sustanciales, algunos sobre superficie y otros subyacen, sin ser aún elocuentes y omnipresentes.

Siempre tengo mi imagen en alguna playa… mis pies sobre la arena mojada, recibiendo el agua fresca y salada con su poca espuma de tantas olas que ya desparramadas pierden su impulso y apuro por llegar a la costa y volver a iniciar el ciclo vital, cada ola que llega, cada ola se renueva, en una cadencia sin final… y acaso por estar allí parado, formando parte del paisaje, estando en contacto con la inmensidad del mar, por describirlo viéndolo en superficie, puedo inferir todo lo que sucede allí, precisamente debajo de su superficie..?

Podría decir entonces que, de lo que puedo ver y mirar, podría inferir alguna descripción, sin certeza alguna de lo inmenso que no puedo ver, ni describir.

De los cambios tan exponenciales que vivimos en esta verdadera bisagra social, por la pandemia y la explosión del ecosistema digital, todo aquello que se dice, que se expresa y se define como taxativo, será por lo que se ve en sólo en superficie…?

Quiénes serán los esenciales, además de la comunidad sanitaria, para ayudarnos a entender todo lo subyacente..?

Son preguntas e inquietudes que comparto contigo amiga y amigo de nuestra aldea global.

Desde mi particular mirada, también son esenciales, para construir vínculos vitales, aquellas personas que:

-Tienen actitud positiva en la vida, sin necesidad de navegar en ingenuidades.

-Antes de juzgar, tratan de entender. Antes de reaccionar, se toman una pausa.

-Hacen de la paciencia una virtud y no una resignación.

-Entienden la empatía  como la voluntad de ponerse en lugar del otro, en su tonicidad emocional y nunca al revés.

-Escuchan mirando a los ojos y callan para compartir silencios y emociones.

-Piden ayuda a tiempo y nunca dejan de intentarlo, una vez más.

-Logran congruencia entre su modo de ser y hacer, a través de sus valores personales.

-Entienden que el dolor de los demás no es tóxico.

-No viven en zona de confort de fanatismo alguno.

-Aceptan la diversidad de ideas como oportunidad de aprendizaje y no como gesto de tolerancia.

-Entienden la fortaleza de trabajar en equipo.

-Cambian conocimientos por aprendizajes y aprendizajes por experiencias.

-Antes de quedar en la queja amarga, asumen su protagonismo y responsabilidad para cambiar las circunstancias.

-Siendo comunes, logran inspirarnos con sus historias, tan poco comunes, quizás logrando los mejores resultados a pesar de las peores condiciones.

-Nunca toman una crítica como algo personal, ni una observación como herida a su autoestima.

-No desesperan por lograr la aprobación de los demás.

-Tienen el coraje para asumir de modo vital su autoconocimiento.

-Toman un rol protagónico en hacer estructural el compromiso con los criterios #ESG que involucran temática, ambiental, social y de gobernanza.

-Entienden la «economía plateada» como nueva y creciente realidad, que requiere acciones concretas en productos y servicios.

Es obvio, de obviedad absoluta que mi enumeración es una parte del todo, mi parte del todo…. Como cualquier tipo de enumeración, habrá tantas más que seguramente tú agregarías… sólo comparto contigo mi sentido de esencialidad.

En diciembre pasado, en una de mis tantas visitas a librerías del centro de la Ciudad de Buenos Aires, encontré el nuevo libre del filósofo surcoreano Byung Chul Han, su título es “No-Cosas”-Quiebres del mundo de hoy. A poco de leerlo, entendí que hoy, me atrevo a decirte que, su lectura es esencial, para entender aquello que, desde la observación del autor subyace en nuestro creciente entorno digital.

Como suele ser mi forma en cada borrador urbano, voy a compartir contigo de manera textual al autor que te mencionaba en párrafo precedente: “Es más bien nuestro frenesí de comunicación e información lo que hace que las cosas desaparezcan. La información, es decir, las no-cosas, se coloca delante de las cosas y las hace palidecer. No vivimos en un reino de violencia, sino en un reino de información que se hace pasar por libertad. Hoy,  el mundo se vacía de cosas y se llena de información tan inquietante como esas voces sin cuerpo. La digitalización desmaterializa y descorporeiza el mundo. También suprime los recuerdos. En lugar de guardar recuerdos, almacenamos inmensas cantidades de datos.”

Desafiante y provocador autor, con una mirada inquietante… No sé tú, pero me sacude la modorra de todo aquello que ya por concebido como proceso en marcha y sin retorno, no requiere ser analizado fuera de la caja…  Luego el autor nos expresa: “Nos acostumbramos a percibir la realidad como fuente de estímulos, de sorpresas. Como cazadores de información, nos volvemos ciegos para las cosas silenciosas, discretas, incluidas las habituales, las menudas o las comunes, que no nos estimulan, pero nos anclan en el ser”. Será que podemos optar por estado de inconsciencia, o estado de plena consciencia, en nuestra interacción con la tecnología?

Insisto que recomiendo este libro como esencial, cuanta más resistencia te genere su lectura, seguramente más molestia será por entender, parte de lo que está debajo del mar y no podemos describir sólo posando nuestra mirada en la superficie.

Quizás es oportuna esta cita de Joyce Meyer (1943) “No se puede tener una vida positiva con una mente negativa”. Abrirnos a la diversidad de miradas nos saca el ancla de la comodidad de sólo lo conocido.

Hay un film, una comedia que expone la frecuente brecha entre un pasado de logros y presente de frustración y nostalgias por lo que fue y ya no es… Claro que, siempre hay una nueva oportunidad y entonces… hay que atreverse!! Se trata de “Letra y música”, es de 2007, protagonizada por Hugh Grant, Haley Bennett, Drew Barrymore. Director, Marc Lawrence.  Su tráiler, en YouTube por Warner Bros.

El dilema a modo de comedia en el film, no hace más que representar tantos dilemas que se nos presentan en la vida y que a pesar de parecernos un salto a lo desconocido, no hace más que mostrarnos y demostrarnos nuestra capacidad y plasticidad para el aprendizaje generativo. Nadie dice que no habrá errores, que nunca es un fracaso, el fracaso es nunca intentarlo y vivir de recuerdos…. Como en el film, qué nueva canción te aprestas a escribir?

Mi abrazo de gratitud por tu valioso tiempo de lectura!! Disfruta de tus dilemas, signo de vitalidad amiga/amigo….

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