«Nuestra gestión emocional…»

“Cualquiera puede ponerse furioso… eso es fácil. Pero estar  furioso con la persona correcta, en la intensidad correcta, en el momento correcto, por el motivo correcto, y de la forma  correcta…. Eso no es fácil”  Aristóteles, Ética a Nicómaco

Transcurre la última semana del mes de mayo en Buenos Aires, que por efecto del otoño cubre sus calles de hojas que, pegadas al asfalto por la humedad, no disimulan su color amarillo, casi ocre que nos hace olvidar aquel verde intenso que mostraban en el verano pasado.

La #pandemia que nos acompaña desde hace más de un año, al menos aquí, en latitud Sur nos muestra su peor rostro y lo demuestra en cantidad de contagios y fallecimientos. Empatía, es hoy reconocer que mucha personas viven en el dolor, que  muchas personas viven en el sufrir y siempre me impacta ese costado en las redes sociales que pareciera requerirnos vivir en la eterna felicidad y salvo que sea algo muy cercano en lo personal, muy impactante, que nos impacte a nosotros…..  simulamos que es mejor viajar por este tiempo, en “modo todo alegría”, incluso se leen mensajes del tipo publicitarios que cada cuatro años nos inundan en los mundiales de fútbol, Vamos que ganamos…!  Vamos que se puede! Vamos que podemos! Si tenemos dificultad para practicar la empatía, quizás al reconocerlo sería mejor hacerlo en el silencio, en el respeto, en la reflexión, quizás sea que ser empáticos nos puede hacer sentirnos vulnerables? justo ahora en pandemia…. o acaso, algunos pueden creer que ser empáticos es sólo entre aquellos que pensamos igual ?

Hace pocos días nos dejó un gran Maestro, el Doctor #HumbertoMaturana (1928-2021). Tuve la gran posibilidad de participar, aquí en Buenos Aires, en el mes de junio de 2012 de un Workshop cuyo eje fue, “Hacia la Transformación Cultural para la Sustentabilidad de Organizaciones más Humanas”, fue una actividad de dos días completos y al Dr. Maturana acompañaba Ximena Dávila Yáñez y Cristóbal Gaggero Nos queda y quedará por siempre su legado y su prédica. Seguimos necesitando organizaciones más humanas…..

En el libro “Amor y juego – Fundamentos olvidados de lo humano” el Dr Maturana nos expresa: “los seres humanos modernos en el mundo occidental vivimos una cultura que desvaloriza las emociones en favor de la razón y racionalidad. Como consecuencia de esto, nos hemos vuelto culturalmente ciegos a los fundamentos biológicos de la condición humana. Valorizar la razón y racionalidad como rasgos básicos de la existencia humana, es positivo, pero devaluar las emociones, que también son rasgos de la existencia humana, no lo es. Las emociones son disposiciones corporales (estructurales) dinámicas que especifican en cada instante el dominio de acciones en que un animal opera en ese instante; y que esto es así, se manifiesta en el hecho de que en la vida cotidiana distinguimos diferentes emociones en los seres humanos y en otros animales, distinguiendo los diferentes dominios de acciones, dominios conductuales, en los que se mueven”.  En nuestra conducta, en nuestros pensamientos, en nuestras conversaciones y discursos racionales, entonces subyace nuestra emocionalidad.

Te mencionaba las hojas amarillas en las calles de Buenos Aires, y en el barrio de La Boca, como indudable paisaje otoñal… También en mi biblioteca encuentro hojas amarillas en algunos libros. Tal es el caso de “La inteligencia emocional”, muy reconocida obra de Daniel Goleman, fue publicada su primera edición en 1995.

Al inicio de la obra, el autor pone foco en la enorme relevancia respecto a nuestra conciencia de nosotros mismos y así lo expresa: “conciencia de uno mismo significa ser conscientes de nuestro humor y también de nuestras ideas sobre ese humor”. Luego D Goleman  comenta a John Mayer, quien junto a Peter Solavey, formularon la teoría de la inteligencia emocional . Luego J Mayer es citado textualmente por el autor: “la conciencia de uno mismo posee un efecto más poderoso sobre los sentimientos intensos y de aversión: la comprensión de que -esto que siento es rabia- ofrece un mayor grado de libertad, no sólo la posibilidad de no actuar sobre ellos, sino la posibilidad añadida de poder librarse de ellos”.

J Mayer define tres estilos característicos para responder y enfrentarnos a nuestras emociones. Ellos son:

Consciente de sí mismo: conscientes de sus humores en el momento en que los tienen. Personas con cierta sofisticación intuitiva, pues reconocen su vida emocional. Son personas independientes y seguras de sus propios límites, con buena salud psicológica y suelen tener visión positiva de la vida.

Sumergidos: se trata de personas que usualmente se sienten empantanadas en sus emociones  e incapaces de librarse de ellas. No muy conscientes de sus sentimientos, en general se pierden en ellos, en lugar de tener cierta perspectiva. Sienten mucha dificultad en controlar su mal humor.

Aceptador: personas claras respecto a lo que sienten, tienden a aceptar sus humores y no tratan de cambiarlos. Si el humor es positivo, fluyen en él y si es negativo esperan que pase y lo toleran mientras transcurre.

Aunque parezca que este tipo de distinciones tienden a simplificar, a pesar de la enorme variedad de matices entre nuestro modo de sentir y de reconocerlo, finalmente pone una guía y nos advierte respecto a nuestra inclinación interior al respecto.

Necesitamos vivir en plena estado de conciencia y si nos tocan momentos de dificultades, sean generadas o no por nuestra acción u omisión, siempre la llave del mejor hacer, del corregir, del reconocer, del rectificar, del mejorar y volver a una nueva manera de hacer en la vida, nos pertenece. Podemos pedir ayuda, podemos reflexionar en una pausa en el camino y siempre, siempre una actitud positiva es el camino sugerido….

Hace pocos años un film argentino, puso luz, sobre un momento de severa crisis económica y social como fue en el año 2001. Su título “La odisea de los Giles”, su director fue Sebastián Borensztein, sobre libro de Eduardo Sacheri (el mismo de otro gran film –El secreto de sus ojos-). Protagonistas, entre otros, Ricardo Darín y Luis Brandoni. Acompaño su tráiler en Youtube, publicado por Warner Bros. Pictures Argentina. Si te preguntas el significado de la palabra “giles”, en el segmento siguiente tendrás respuesta:

Un film que nos narra una historia, nos despliega una enorme variedad de emociones que son compartidas por una pequeña comunidad, pero también como muestra de una vivencia que nos abarcó a todos los argentinos como sociedad. Detrás de cada crisis económica y su derrame social, estallan las emociones, muchas disfuncionales, pocas funcionales…. duro aprendizaje colectivo e individual. Finalmente se aprende, si no se repiten las mismas crisis… Finalmente, en crisis podemos parecer y ser resilientes, también podemos ser y parecer asilientes, como respuesta de incapacidad e incompetencia para resolver dificultades, aún sean repetidas…..

Siempre es muy buen momento para en unos minutos de pausa, en medio de la pandemia que sigue y de acuerdo a tu lugar de residencia, será más o menos cruenta, con sus consecuencias económicas, reconocernos emocionalmente, reconocer las emociones, sean funcionales o disfuncionales…. y sentir que somos gestores de nuestra propia emocionalidad.

Que sea lo mejor para ti!

Abrazo.